Aquí analizamos la situación del ZBE en LLeida y como están los transportistas respecto al ZBE.
¿Sabías que desde julio de 2025, circular por el centro histórico de Lleida con una furgoneta sin etiqueta ambiental puede costar 200 euros por multa? Es lo que le ocurrió a Joan Pujol, transportista autónomo de Balaguer, que cada semana reparte productos gourmet en el Barri Antic. Tras 3 sanciones en un mes, decidió buscar alternativas.
Casos como el suyo se repiten entre muchos repartidores y autónomos de la provincia. La nueva Zona de Bajas Emisiones (ZBE) marca un cambio de rumbo en la movilidad urbana y, aunque se implantará de forma gradual hasta 2030, ya está obligando a los profesionales del transporte a replantearse su manera de trabajar.
El Ayuntamiento de Lleida ha diseñado un calendario progresivo para limitar la circulación de vehículos más contaminantes.
Los controles ya están activos: entre julio y septiembre se han impuesto 136 multas. No es una cifra alta, pero confirma que la normativa se está haciendo cumplir.
Por ahora, los vehículos con etiqueta B, C, ECO o CERO pueden circular sin problema, y los residentes de Lleida tienen exención hasta 2030. Los más perjudicados son los transportistas que llegan desde fuera, especialmente de Balaguer, Tàrrega o Mollerussa, que realizan entregas frecuentes en el centro urbano.
Para quienes viven del reparto, la adaptación no es sencilla. Una furgoneta eléctrica nueva supera los 30.000 euros, y una ECO de segunda mano ronda los 15.000. Las ayudas del Plan Mueve de la Generalitat ofrecen hasta 9.000 euros, pero los plazos de resolución son largos y muchos autónomos no pueden paralizar su actividad.
Seguir circulando con un vehículo sin etiqueta tampoco es viable: cada acceso indebido cuesta 200 euros. Por eso, algunos transportistas están optando por reorganizar sus rutas o recurrir al alquiler de furgonetas en Lleida, ya sea de forma puntual o a largo plazo.
“Entro al centro unas ocho veces al mes. Si alquilo solo los días que necesito, gasto menos de lo que me costaría renovar la furgoneta”, explica David Torres, repartidor de material de construcción.
Frente a esta nueva realidad, Covey Alquiler ha ajustado su servicio para cubrir las necesidades de transportistas, autónomos y pequeñas empresas que deben acceder a las zonas restringidas sin asumir el coste de una flota nueva.
La compañía dispone de vehículos eléctricos, híbridos y de gas natural, todos con etiqueta CERO o ECO, que pueden circular libremente por cualquier ZBE de España. Ofrece contratos flexibles, desde un solo día hasta varios meses, sin permanencias ni trámites complicados.
El mantenimiento, la asistencia en carretera y la sustitución inmediata del vehículo en caso de avería están incluidos, lo que elimina una de las mayores preocupaciones de los profesionales: la pérdida de tiempo y de ingresos ante cualquier incidencia.
“Alquilo una furgoneta ECO solo dos días por semana y concentro todas mis entregas en el Barri Antic en esas jornadas”, explica Marc Ribera, distribuidor de bebidas. “Así mantengo mis clientes y evito multas sin tener que endeudarme para comprar una furgoneta nueva”.
Covey también ofrece descuentos por volumen, precios fijos sin costes ocultos y facturación adaptada a autónomos y empresas. Aunque su base principal está en Madrid, cuenta con red de colaboradores en toda Cataluña, lo que facilita las entregas y recogidas en distintos puntos según las rutas del cliente.
La progresiva implantación de la ZBE ha llevado a muchos profesionales a reorganizar su logística. Algunos concentran todas sus entregas en el centro en uno o dos días por semana; otros comparten el alquiler de una furgoneta ECO con varios compañeros, o utilizan parkings en el límite de la zona para hacer el último tramo con vehículos eléctricos.
Estas estrategias están ayudando a mantener la actividad sin grandes inversiones. Además, permiten ganar tiempo hasta que el mercado de furgonetas eléctricas se estabilice y los precios bajen.
Los expertos en movilidad coinciden en que el gran cambio llegará entre 2028 y 2030, cuando las restricciones afecten al 70 % del suelo urbano y los vehículos sin etiqueta queden totalmente excluidos. Por eso recomiendan planificar con antelación la renovación de la flota y aprovechar el alquiler como herramienta de transición.
Sin duda, al igual que el resto de España, Lleida está afrontando el cambio hacia una movilidad más limpia con un calendario más gradual que otras ciudades, lo que da margen a los profesionales. Aun así, el impacto económico para los transportistas es evidente, y cada decisión cuenta.
El alquiler flexible de vehículos ECO y CERO, como el que ofrece Covey, se está convirtiendo en una pieza clave para seguir operando sin multas ni gastos desproporcionados. Permite mantener los clientes, cumplir con la normativa y probar nuevas tecnologías antes de dar el paso definitivo.
Joan Pujol lo resume de forma sencilla mientras descarga su mercancía:
“Sé que tendré que cambiar de furgoneta tarde o temprano, pero ahora mismo alquilar me permite seguir trabajando. No es una solución provisional: es la forma más práctica de adaptarme sin perder el negocio.”
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